• ¿Cómo te llamas? ¿Utilizas seudónimo? ¿Por qué?

Mi nombre es Deisy Díaz, tengo 20 años. Me creé un seudónimo “Dee Serauz” de niña mis amigas de la escuela encontraban mi nombre difícil, así que me decían Dee (o Dey), pero preferí usar el primero, ya que me gusta más y cuando obtuve este apodo, fue cuando comencé a escribir a los 10 años y Serauz es mi apellido por parte de mamá (Suárez) al revés, solo cambie la primera y última letra para darle “estilo”, pero usé el apellido de mi madre en su honor, porque ella no tuvo las mismas oportunidades que yo de luchar por sus sueños y ella se merece cada uno de mis triunfos, porque sin ella, no sería nada.

  • ¿De dónde eres? Naciste ahí? ¿Dónde te criaste?

Soy de Yaracuy, Venezuela, el cual es uno de los estados más pequeños, es uno de los pulmones de mi país ya que estamos rodeados por bosques, montañas y ríos. No existe el tráfico pesado como el de las grandes ciudades, la gente es más relajada y todo es tan verde, es una mezcla de ciudad-pueblo. Me he crie gran parte de mi vida en una pequeña comunidad jugando con niños y niñas, además de crecer entre dos hermanos varones, así que disfruté del futbol, de escalar árboles, de volar papagayos, así como de jugar muñecas o saltar la cuerda con mi sobrina, la cual era unos meses mayor que yo. Tengo nueve hermanos, cinco por parte de papá (muchos mayores que yo), uno por parte de mamá (solo un par de años mayor) y tres hermanos menores. Mi casa siempre ha sido ruidosa, y aún más en los días festivos, así que escribir o leer ha sido un tanto incomodo, pero aprendí a vivir con ello y a ignorar el ruido que me rodea.

  • ¿Cuántos años tienes? ¿Vives con tus padres? ¿Vives sola?

Ni vivo como mis padres, ni vivo sola. Desde hace 3 años estudio Comunicación Social en Barquisimeto, estado Lara, aunque queda a una y media, mis padres no querían que viajara todos los días, por lo que me residencié. De domingo a jueves permanezco en Barquisimeto, apenas salgo de clase los jueves, busco mi maleta y me regreso a mi casa. Así que básicamente la mitad de la semana vivo sola y la otra mitad con mis padres.

  • ¿Qué es lo que más te gusta hacer? ¿Tienes mascotas?

Amo leer, realmente lo amo, leo casi que un libro a diario y no puedo dormir, sin leer aunque sea una 20 páginas. Voy semanalmente al cine, casi siempre arrastro a mi mejor amiga o a mi mejor amigo a ver la película que quiero -ellos se quejan constantemente de eso, pero me aman y a la final ceden-. También veo muchas series, casi siempre de forma online, admito que TWD me enganchó, al igual que The 100. Son unas series fantásticas. También pertenezco a la comunidad literaria Cúpula de Libros, junto a dos chicos hacemos trueque de libros en Barquisimeto como encuentro de lectores. Intentamos impulsar la lectura y la cultura junto a otros grupos de chicos amantes del arte.

Soy la única de mi familia que ama leer o que escribe, en mi familia todos se inclinan por las matemáticas o por el comercio. Todos se preguntan cómo agarré el amor a la literatura, porque apenas me pusieron un libro delante de la nariz, ame el olor y las palabras.

Tenemos una Golden Retriever llamada Linda y una Pitbull llamada Daysha, aunque estas permanecen en la casa de mis padres, porque son las mascotas de la familia. Yo las adoro, cuando regreso a casa, es increíble el amor que ellas me dan. Un amor tan puro e inocente. Quisiera un gatito, pero mi mamá odia los gatos y la dueña de mi residencia, no permite animalesL, pero algún día tendré uno, no me rendiré.

  • ¿Cuál fue tu primer escrito formal? ¿Cómo se llamaba?

Mi primer escrito formal es Lágrimas. Tenía 12 años cuando tuve la idea, aunque hice una pequeña sinopsis y un resumen de lo que quería plasmar, a los 15 me atreví a dar ese paso, porque temía ser mala escritora o no poder terminarlo jamás, pero a los 16 terminé el libro y fue como ver el sol, sentí que todo dentro de mi brillaba. A partir de Lágrimas, empecé a escribir y a leer más, con ganas de mejorar. De ayudar a otras personas.

  • ¿Por qué empezaste a escribir? ¿Cuándo fue más o menos? ¿Crees que has mejorados desde entonces?

De niña me escapaba a la biblioteca de la escuela, agarraba Hanzel y Gretel, mientras leía me imaginaba creando algo tan grandioso como esos escritores. Empecé a escribir porque mi imaginación se desbordaba, y sentía que al escribir, magia salía de mis dedos. Estaba en plena lección y mi imaginación me llevaba a pensar que mis compañeros eran criaturas mágicas que lanzaban hechizos, que mi maestra era una hada madrina que me lanzaba encantos con sus ojos.

Cuando decidí ser escritora, mi alma se desahogó, mis sueños crecieron y mi corazón se enamoró de la capacidad de crear cosas tan grandiosas. Me llevé muchos tropiezos mientras escribía, me decepcioné, me bloqueé pero eso no me hizo rendirme. Desde Lágrimas supe en mi corazón que mi camino era ser escritora y mostrarles a todos que mi mente, alma y corazón tenía mucho por dar. Desde que escribí Lágrimas he mejorado muchísimo, incluso puedo decir que me abrió la puerta a otro mundo, quise publicarlo para darle el honor que se merece al ser mi primera creación. Con la cual crecí, lloré, reí y más. Si leyeran Lágrimas y los libros que actualmente escribo, serían totalmente distintos.